Para él
quiero una muerte lenta,
que oigan sus lamentos
las montañas y valles.
Que se llenen los ríos,
mares, pozos y lagos
de finos hilos rojos.
Que vean las estrellas
cómo se agota el ánimo,
cómo el latir se apaga.
Quiero vengarme hoy
que mi apetito sólo
desea devorarle.
.
Sem comentários:
Enviar um comentário